Tomo I Monterrey
Diciembre 1 1887. Número 6.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
La amistad
Ercilia García
¿Habéis pensado alguna vez, bellas lectoras en lo noble y abnegado de este sentimiento? ¿No habéis sentido en el alma esa profunda nostalgia que produce el convencimiento que tenemos de que pocas veces encontramos en el mundo la verdadera amistad!
¡La hipocresía! ¡Reptil venenoso que destruye el afecto más bello y desinteresado que existe sobre la tierra! Ante él se doblegan las almas vulgares, ligadas por esa atracción irresistible que las induce a deshojar en flor, el búcaro hermoso del sentimiento que ufano guarda el corazón .
En este océano de mil encontradas pasiones que llamamos mundo, la amistad se nos presenta como una deidad de celestial belleza, que pudorosa se oculta en el fondo de las almas privilegiadas, mostrándose tan solo en los grandes infortunios que la existencia nos ofrece,
¡La amistad! Manantial perenne de abnegación, de donde dimanan acciones nobles, sacrificios sublimes; que avasalla hasta el imposible que derrama dulce consuelo en las lúgubres horas de tedio y melancolía.
Cuando dos almas se comprenden, cuando están unidas por el dulce lao de la amistad, la vida se convierte para ellas en un oasis de infinita felicidad y se acrisolan al fuego de tan tierno sentimiento.
La amistad no es una pasión tan vehemente como el amor pero es noble, pura y duradera.
¡Ojalá pudiéramos encontrar la verdadera amistad!

