Tomo I Monterrey
Diciembre 1 1887. Número 6.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
QUEJAS
Gertrudis T Zavala.
Ayer en vano te esperé, ángel mío,
Yen inútil afán, triste, las horas
Pasé mirando en ansiedad extrema
Del mar inquieto las movibles ondas.
*
Tú no llegabas, y miraba triste
Que una tras otras las cansadas olas
Dejaban al besar la húmeda arena
Entre su espuma nacaradas conchas.
*
Era la tarde tan serena y pura,
Y se arrullaban tan dulce las palomas!
Más di ¿qué importa si esperaba en vano
verte a mi lado para ser dichosa?
*
Yo te esperé como la flor incauta
Al ave tierna en la risueña aurora,
Que ya olvidada de su amor primero
En otros campos, su canción entona.
*
¡Cuántas veces, creyendo que venías
A mi lado, con planta cautelosa,
A tu encuentro, corrí; más era el ruido
Que formaban las auroras de las hojas.
*
¿Di por qué ayer como en pasados días
No viniste a buscar a quien te adora?
¿No sabes que sin ti, de la existencia
Ni el cielo tiene luz, ni el viento aroma?
*
Llorar me hiciste en mi dolor inmenso
Cuando tú el ansia de mi amor, ignoras;
¿Por qué faltaste a nuestra dulce orilla
si sabes que tu ausencia me acongoja?
*
En vano te esperé; Pasó la tarde
y miedo, tuve de encontrarme sola,
y me alejé de las desierta playa,
como la noche derramó sus sombras.

