Tomo I Monterrey

Junio 1 de 1888. Número 15.

Quincenal de literatura, social moral y de variedades

Dedicado a las familias.

Antes y ahora

Ercilia García

I

¿No has visto dí las plantas palietarias

Que en las junturas de las piedras crecen

Y que faltas de savia y solitarias

Al soplo de Aquilón se desvanecen?

Extienden sus raíces anhelantes,

En busca de vigor para sus tallos;

Pero en vano, gimiendo agonizantes

Perecen tras de languidos desmayos

……………………………………..

Mi pobre corazón adolorido

Encerrado en la cárcel de mi pecho,

A impulsos de un deseo desconocido

Gimiendo palpitaba siempre estrecho.

Ahogaba en el silencio sus querellas

Apurando la copa del dolor……..

Y cual las plantas parásitas aquellas

Le faltaba la savia del amor.

II

Entreabren su corola con delicia

Las flores perfumadas del vergel,

Cuando un rayo de sol las acaricia

Cual amante sincero, tierno y fiel.

Pródiga también Diosa Natura

Vivifica sus tallos y matices,

Los céfiros las besan con ternura

Y entre tantos halagos son felices.

…………………………………………..

Yo sentí esa caricia seductora

Llegar á mi abatido corazon;

Lució por fin la abrillantada aurora

En el espacio azul de mi ilusión.

Vino la savia de tu amor divino

A dar á mi existencia otro matiz…….

Ya las flores exmaltan mi camino

Y como ellas también yo soy feliz.