Tomo I Monterrey
Julio 1 de 1888. Número 17.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Sombras
Montemorelos, Junio 22 de 1888.
María M. Browne
―
Huid de mi memoria, engañadoras
Sombras que noto en el inmenso abismo,
No quiero recordar tranquilas horas,
Del destino es mi mal el eco mismo.
*
No quiero ya ilusiones, no alegrías,
Desprecio la esperanza, odio la calma,
Tan sólo en vuestro altar, lágrimas mías,
Dejad que su fé pura guarde el alma.
*
Nacida para amar…… mis sueños locos
Al corazon mostraron mis venturas;
De gozar los mementos fueron pocos;
Después……? quedó el dolor, las amarguras,
*
El hado de mi suerte dolorida
Mató mis ilusiones una á una,
¿Qué encantos para mí tiene la vida?
¿Aguardo una esperanza? No; ninguna!
*
Por eso en el santuario de mi alma
Guardé como recuerdos del pasado
Esa flor que perfuma aquí en la incalma
Del ayer el feliz sueño dorado.
*
¿Pero á qué evocar gratas memorias
Para herir sin clemencia al corazón?
Sois las sombras de ideas ilusorias,
Eco triste de fúnebre canción.
*
Huid, ya para siempre; no pretendo
Alimentar mi mente con engaños,
Mi dicha es imposible, lo comprendo,
Imposible olvidar mis desengaños!
*
“Esperad” fué la voz de mi destino,
Y esperé resignada su sentencia;
Para hallar un abismo en mi camino
Y sombras que oscurecen mi existencia.
*
¡Las sombras por doquiera! Noche oscura
Para mi será el resto de mi vida,
Solitaria y hundida en la tristura
Al goce daré eterna despedida.
*
Murieron para mi tranquilos días,
La luz de la esperanza huyó de mi alma,
Obedezco del hado las porfías,
Y muerto el corazón…… no busco calma.
*
¿Que importa el reposo? que la vida?
Soy sombra de mis sombra, soy la nada,
Del ayer se acabó la paz querida……
¡Sombras huid! dejadme abandonada
*
Y en el santuario en que mi amor descansa
Allí estará tranquila mi pasión,
Allí mi fé; mi dicha mi esperanza……
El más allá que anhela el corazón.

