Tomo I Monterrey

Mayo 1 de 1888. Número 14.

Quincenal de literatura, social moral y de variedades

Dedicado a las familias.

Discurso

(Linares)

Antonia Ilizaliturri Ardines

ALOCUCION pronunciada en la distribución de premios en el Instituto particular de instrucción primaria de Niñas “La Perseverancia,” por su Directora Antonia Ilizaliturri Ardines.

SEÑORES:

Concluido el año de trabajos escolares, y visto el resultado de mis esfuerzos, cumple á mi deber como Directora de este Plantel, hacer pública manifestación en este acto solemne, de mi profundo reconocimiento á los señores padres de familia, cuyas tiernas hijas confiaron á mi cuidado y dirección, no obstante mi edad, inesperiencia y falta de aptitud; á las personas que tan bondadosamente se prestaron á servir de sinodales en los exámenes; al Señor Betancourt que, en unión de sus apreciables discípulos, amenizó el acto con los dulces acordes de la orquesta que con tanto acierto dirige, y á las Señoritas Refugio Berlanga y Elena Ardines que dieron brillo á este acto solemne. A vosotras, mis queridas discípulas, tiernas compañeras de mis trabajos y testigos de mis afanes, apenas os podré decir una palabra; porque cuando el alma palpita de emoción, como la mía en estos instantes, enmudecen los labios y no hay lenguaje capaz de interpretar el sentimiento.

Con felicidad habéis llegado al término del primer año escolar. En vuestras frentes ostentáis el lauro que habéis sabido conquistar con la constancia y asiduidad en el estudio: él será la mejor credencial que llevar podéis á vuestros queridos padres, para que vean que habéis sabido corresponder á sus sacrificios por vuestro bien.

Hoy mismo, antes tal vez de cruzar el dintel de vuestros hogares, recibiréis con lágrimas de contento el cariñoso de éllos, que es el mayor y mejor lauro que recibirse puede en la tierra. Mas esto que no os vaya á envanecer; la vanidad es tan sólo hija de corazones pequeños: estáis aprendiendo á ser grandes, y así debéis ser desde vuestra infancia; porque la mujer es la encargada de formar el corazón de la humanidad, como ha dicho un célebre escritor, y quien tal misión tiene que desempeñar sobre la tierra, no debe nunca dejarse arrastrar por pasión alguna. Esos premios qne habéis recibido, que sean estímulo, el aliciente que os sostenga en vuestras tareas, que os den mayores bríos, á fin de continuar en el próximo año escolar, para el cual os aguardo con los brazos abiertos, esperando no me dejaréis defraudada en mis esperanzas.―Dije.