Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Sueltos
QUEJAS.
Habiéndo recibido varias quejas de nuestros agentes de fuera de esta capital, por no haber llegado á su poder algunos números de La Violeta, lo pusimos en conocimiento del Sr. Administrador de Correos de esta ciudad, y este señor, que siempre procura cumplir con su deber, dirigió una enérgica circular á los Administradores y agentes de Correos á fin de que indaguen escrupulosamente el paradero de los paquetes extraviados y se entreguen á sus dueños.
Damos las más cumplidas gracias al Sr. Padilla, administrador de Correos en esta ciudad, por tan señalado servicio.
NUEVAS COLABORADORAS.
Tenemos el honor de agregar á nuestra lista de colaboración los nombres de las inteligentes Señoritas Josefina Campos, de quien ya nuestros lectores conocen algunas hermosas y sentidas producciones, Virgina Marto y Josefina Jiménez.
Con la cooperación de tan aprovechadas señoritas, esperamos darle mayorinterés y amenidad á nuestro pequeño periódico.
TARJETA.
Una muy elegante recibió nuestra directora, en la que se le anuncia el bautizo del niño Filiberto Arturo, que nació en Montemorelos el 22 de Agosto de 1887 y se bautizó el 5 del corriente mes y año; siendo sus padres el Sr. Manuel Ballesteros y nuestra distinguida colaboradora Sra, Julia G. de la Peña de Ballesteros y sus padrinos el Sr, José Z. de la Peña y la Srita Elena Welsh.
Hacemos votos sinceros porque el tierno infante se logre para contento de sus amorosos padres y para honra de su patria.
“LA PRENSA LIBRE.”
Mucho agradecemos á este ilustrado y galante bisemanal neolaredense, las bondadosas y sentidas frases que nos consagra en un párrafo de su número 75.
La Violeta, vivirá eternamente reconocida á la fina galantería de La Prensa Libre.
NUESTRO PERIODICO.
Habiendo arreglado de un modo conveniente la administración de nuestro quincenal, de hoy en adelante se publicará con religiosa exactitud, y nuestros agentes y suscritores foráneos la recibirán con la debida oportunidad.
Los agentes y suscriptores que residen en los pueblos por donde pasa el F.C.N.M., recibirán La Violeta el mismo día de su publicación.
Creemos que quedarán contents nuestros abonados.
REPRODUCCIONES.
El Colegio Independencia, de Mazatlán reproduce el artículo de nuestra colaboradora, Srita Josefina Campos, intitulado “La Mujer, Conveniencia de su instrucción;” Las Hijas del Anáhuac de México, el artículo “Confidencias” de nuestra Directora; y La Unión Liberal de Durango y El Heraldo de San Antonio Texas, la poesía, también de nuestra Directora, intitulado “La Música.”
Muy reconocidas quedamos á la honra que tan ilustrados colegas dispensan á las humilde producciones de La Violeta.
SEÑORES SUSCRITORES
Muy atentamente nos permitimos suplicar á vds. se sirvan pagar á nuestro repartidor en el acto de recibir La Violeta los diez centavos que importa el ejemplar, pues deben comprender que se necesitan los fondos para satisfacer los gastos que se erogan en la publicación de nuestro periódico que no cuenta con más elementos para su sostenimiento que el producto de sus suscriciones.
Esperamos que no será desatendida nuestra súplica.
¡PASO A MEXICO!
Al dedicar un párrafo muy merecido á La Palmera del Valle, hermosa publicación que vé la luz en Guadalajara, escrita por la inspirada poetisa jalisciense, Sra. Refugio Barragan de Toscano, El Parral de Chihuahua, dice, bajo el rubor que encabeza este párrafo, lo siguiente:
“Tenemos ya tres publicaciones predilectas “La Violeta” de Monterey, “Las Hijas del Anáhuac” de México y ahora “La Palmera del Valle.”
Todas las tres nos son simpáticas porque son el augurio de un nuevo y brillante porvenir para la mujer.
Ese grupo ó parbada de níveas palomas, es el primero que extendiendo sus sedosas alas, tiende su vuelo hacia la rosada aurora del Progreso.
Seguid, palomas de Patria mía. Seguid y baños las primeras en esos efluvios de nacarada luz, que allí os seguirán otras y otras y a todas, nuestro amor, ya que la vida nos falta para acompañaros.”
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Opinión de la prensa
(Continúa.)
“LA VIOLETA.”
Con grande placer leímos los números 11, 12 y 13 de esa amena é instructiva publicación que en Monterey redactan varias apreciables Señoritas. Verdaderamente su lectura es deleitable, como el suave aroma de la modesta flor que lleva por nombre. —(Momo, San Gabriel, Jalisco.)
“LA VIOLETA.”
Quincenal de literatura y variedades, que se publica en Monterey, N.L. ha tenido la bondad de corresponder á nuestra visita remitiéndonos los números 11, 12 y 13 de su publicación.
“La Violeta” está redactada y dirigida por señoritas de aquellas capital, quienes desde luego merecen nuestro profundo respeto por sus nobles y levantadas aspiraciones: el mejoramiento de su sexo por el saber y la virtud, flores inmarchitas del espíritu.
Unimos, pues, nuestros aplausos á los que justamente han tributado muchos colegas á las producciones de “La Violeta;” y deseamos para sus redactoras y colaboradoras —unas muy lindas y todas muy dignas— por premio de sus loables esfuerzos, luz del cielo; para su inteligencia, dichas sin fin. —(El México-Tejano, San Antonio, Texas.)
“LA VIOLETA.”
Ultimamente nos han favorecido las oportunas visitas de ese interesante y simpático quincenal que se publica en Monterey y está redactado por Señoritas: ningún nombre se le habría adaptado mejor que el que lleva: la violeta es el poético emblema de la humildad y la modestia, las más preciadas virtudes de la vírgen cristiana.
Al recorrer sus páginas parece que exhalan delicado perfume, y el estilo, fácil y elegante en que están escritas, habla muy alto en favor de la ilustración y cultura del bello sexo regiomontano. Monterey debe ser sin duda una culta población, pues donde el nivel intelectual de la mujer se halla á mayor altura, la civilizacion y el progreso brilan con sus más refulgentes esplendores.. —(El Cronista, Irapuato.)
“LA VIOLETA.”
Este es el título de una publicación literaria que escriben dos inspiradas poetizas Neoleonesas.
Entre el montón de hojas políticas que recibimos en cambio de La Unión Liberal encontramos cada quince días La Violeta, como entre las breñas del bosque se encuentra una flor aromosa y pura, como en las ardientes llanuras del desierto, suele hallarse un manantial de cristalinas aguas.
En la publicación de las Señoritas Ercilia García y María Garza González, se aspira el suave perfume de la modesta vírgen de las ondas que le dió su nombre.
En obsequio de los lectores de este semanario, reproducimos hoy en la sección correspondiente, una de las preciosas composiciones que publica La Violeta. —(La Unión Liberal, Durango.)
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
A una flor
María Garza González
Linda rosa perfumada
De la mañana alborada:
Si acaso fué tu destino
En mi mente acalorada
Ser un ensueño divino;
Deja que mi labio oprima
Y en tus pétalos imprima
Osculo puro de amor,
Que me encanta y me fascina
Ese tu rico esplendor.
Eras reina entre las flores
Que ostentaban sus colores
En el florido verjel,
Recibiendo los honores
Del jazmin y del clavél;
Cuando con mano atrevida
De tu tallo desprendida
Veniste a mi álbum á ser,
Un recuerdo de mi vida
Que llanto me hace verter.
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
El Bengalí
(Balada)
En otro tiempo el Bengalí, dejaba oir su argentina y melodiosa voz.
Por las tardes á la hora en que el sol tiñe de púrpura las nubes, se oían sus seductores trinos.
Al escucharlos, los ruiseñores envidiosos enmudecían: las mariposas enternecidas se posaban en las flores; las flores embriagadas entreabrir sus corolas; y cuando desde lo alto del cielo una golondrina pasajera oía al melodioso cantor; ésta golondrina alucinada descendía olvidaudo su viaje, olvidando su patria.
El Bengali se apasionó de una rosita blanca, que apenas contaba de vida el sol de un día.
Cantaba con ella y para ella.
Con su voz. ora pausada y triste como una plegaria, ora viva y gozosa como una esperanza, el Bengalí le decía:
—Conozco muchas flores hermosas, rojas como un coral, azules como el cielo, brillantes como las estrellas, otras que se adormecen sobre el espejo de las fuentes; algunas que se ocultan en las sombras de los bosques; otras que crecen en las orillas del mar cuyos perfumes acompañan largo tiempo á los marinos que se ausentan…………………………………………………
Pero las flor aromática que perfurma las brisas del mar, la misteriosa que se esconde en los bosques, la coqueta que se mira en el cristal de la fuente, todas son menos bellas que tú, mi querida rosa blanca. Amémonos flor adorada; sin tu amor el Bengalí no puede vivir.
—¡Y tus alas! respondió la rosa temblando; el ave vuela, la flor……… ¡ay de mi! no hiende los aires más que cuando está deshojada y marchita.
—Los corazones amantes no tienen alas, suspiró el Bengalí.
—Ven, dijo la flor, mi coral blanca te ofrecerá sus perfumes.
Llegó la noche…… el cielo iluminó aquellos amores con la luz de sus estrellas, y hasta la madrugada las brisas perfumadas mecieron suavemente á la rosa y al cantor. Pero á los primeros rayos de la aurora la rosa moría y el Bengalí lloraba.
—Génio del aire, decía, privadme para siempre de la luz que me habeis dato y conceded en cambio un día más de vida siquiera á mi adorada rosa.
—No; murmuró la rosa muribunda, canta, canta Bengalí. Tu me has amado y tu amor me ha hecho feliz……… …..
¡Cuantas flores hay en la tierra que mueren sin ser amadas!
—¡Adiós, adiós! ¡Acuérdate de mi!
Don mil años han pasado desde que murio la rosa, y en estos dos mil años el Bengalí nó ha vuelto á cantar! Nunca ha vuelto á amar.
Su corazón no es más que un recuerdo,
¡Su voz no es más que un gemido!
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Dudas
(Monterrey)
Ercilia García
Ilusorias fantasmas que inclementes
Con sala cruel me destrozaís el amla
Que haceis brotar mis lágrimas ardientes……
¡Huid! dejadme, por piedad, en calma.
Sombras horribles de la duda impía
¡Eterno batallar de la existencia!………
En vano espero, en vano que algún día
Tranquila tenga el alma y la conciencia.
Por la duda inclemente atormentada
Apuro del dolor las sinsabores,
Y bullen en mi mente conturbada
Mil pensamientos ¡ay! aterradores.
¡La duda! ¡oh, la duda!…..¡la maldigo!
Que dudando la vida es un infierno……
Mas calla, corazón……¡Callá te digo!
Que no ha de ser tu sufrimiento eterno.
¡Pobre entraña, que acá en mi pecho habita
Y en esa cárcel triste se alimenta!……
¡Jamás desmayes, corazón, palpita,
Resiste con valor esta tormenta………!
Esa mañana lleno de ventura
¿Disipará por fin la duda horrible?
¿O siempre el alma en perennal tortura,
Eternamente vivirá? ¡Imposible!
……………………………………………….
……………………………………………….
Sombras horribles de la duda ¡huid!
Ilusiones doradas de mi vida,
No os olejeis de mí, ¡venid, venid!
Dadle goces y paz á mi alma herida……!
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
La estrella de tarde
(Monterrey, Junio de 88.)
Josefina Campos
I.
¡Explendorosa estrella! ¡púdica vírgen del cielo! Yo te adoro como un destello del Omnipotente, yo te contemplo pura y divina como los ensueños de la inocencia, y cuado te miro brillas por Occidente como la aureola de Dios, quiero llegar hasta tí para depositar en tu seno mis suspiros………
Siempre te he adorado, imagen del amor, siempre te he contemplado como el símbolo de la pureza, porque apareces en los cielos cual hermosísima diosa de mis tristes cantares; y entonces cuando te miro radiante, late mi corazón al impulso de la esperanza, porque en tí admiro la sabiduría de Dios………
¡Cuántas veces me has visto llorar el infortunio de mi juventud, y cuántas también me has sorprendido cuando un recuerdo triste, tan triste como la memoria de mi madre, ha hecho brotar el llanto de mis ojos, y tú entónces con sólo tu hermosura has disipado mi tormento!…..
II.
Ven ya, que el sol apenas envía sus espirantes rayos; el crepúsculo se va desvaneciendo como la niebla de los campos, y las flores cerrando van sus corolas. Ven, estrella de la tarde, que mi corazón te desea como el desdichado la felicidad; no desdeñes mis halagos como el hombre ingrato, porque mi amor es sincero como la oración del justo. Siempre te amé………
III.
Aparece ya, que las aves reposan dormidas bajo el umbrio follaje de los campos, solo se escucha el tranquilo murmurar de las aguas espumosas……….
Ven, presto porque deseo ver rielar tu luz en las cristalinas ondas de la fuente………
IV.
!Oh! ¡Y qué bella eres cuando te presentas imperando entre los astros! ¡Los celajes no se atreven á ocultar tu fulgor purísimo como la mirada de un arcángel, y cuando cintillas, cuando tu luz tiembla, entonces miro en ti mi ventura, porque tú sola has sido el dios de mis amores………
V.
También me mirabas sonreír, cuando arrullada por mi madre ignoraba yo que existía, también miraste mi frente tonta, libre en onces de pena. ¿No es verdad? Pero mis ensueños de la infancia ya pasaron; se desvanecieron como la hermosura de un lirio que la tempestad abate, sin dejar huella tras sí……
¿Y ahora?……… sólo me ves llorar, sólo me ves gemir……… Sólo tu vida es tranquila: siempre velando la existencia de la humanidad, la miras mecerse en su cuna rodeada de pureza y también eres su compañera en el sepúlcro……
¡Misteriosa viajera! Tú también morirás; eres frágil como la naciente rama de un sauz; tus encantos se marchitarán como los pétalos que el viento arranca.
VI.
¡Angel de mis tristes amores! ¡Sólo en tí he encontrado mi esperanza y en tu luz fulgente el alivio en mis penas!
Tú has velado mi sueño cubriendo con tus alas de diamante mi lecho de amargura, y cuando el fantasma de mis tristes días interrumpe mi solás, sólo al mirarte se evapora mi pesar.
Tú revelas al mundo la existencia del Creador, y tú acallas orgullosa las dudas del impío haciendo que se postre ante tu luz.
Tú eres estrella de amores que el poeta ha cantado con su lira, porque has alumbrado tal vez la frente de su amada, tú has escuchado los suspiros de angustia que su pecho han calcinado, porque tú, en fin, los sorprendías en sus coloquios de amor…… tal vez en sus últimos cantos de muerte……
Sigue, sigue mitigando mi llora que es de fuego…… sólo tu podrás calmar la fiebre que abrasa mi cabeza, el delirio que embarga mi cerebro, porque en la tierra todo es mentira y sólo en tí veo esperanza.
VII.
Sí, tu me escuchas cuando gimo de dolor por la ingratitud de los hombres, cuando en la tierra no encuentro quien suavice mi infortunio…… ¡Oh! Y tú hablas á mi corazón! tú cintillas para hacerme comprender que sólo tú recibes benigna mis suspiros y lamentos………
Sólo tú has sido para mí el consuelo de mi vida, y tú también alumbrarás el sepúlcro que guarde mis cenizas………
Algún día morirás, ¡oh estrella! Tu radiante luz se apagará como lámpara que el viento extingue.
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Orfandad
(Monterrey, Junio de 88.)
Virginia Marto
–
Ya secos están mis ojos,
No baña el llanto mi faz,
En el alma llevo abrojos
Y sólo guardo despojos
De lo que fué dulce paz.
*
Donde ver flores soñaba,
Crueles dardos encontré,
En vano dichas buscaba
Y la mente se ofuscaba
Por la gloria que no hallé.
*
Indiferente á mis cuitas
El mundo en su bacanal,
Tras de mirar ya marchitas
Mis ilusiones benditas
Exclama con su crueldad:
*
Ya no hay dichas para tí,
Calla y sufre, nada quieras,
Lo que a otros negué, te dí
Dolor y llanto; y así
Calla y sufre hasta que mueras.
……………………………………..
……………………………………..
¡La muerte! visión impía
Que mi dicha destruyera
Llevando á la tumba fría
La prenda de más valía
Que en el mundo yo tuviera
*
Mató con saña y encono
Mis santas aspiraciones……
De un golpe cayó del trono
Lo que yo tanto ambiciono,
Mis floridas ilusiones………!
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
La amigas
María Garza González
(CONTINUA)
SEXTA CARTA DE ENRIQUETA
Linares, Octubre de 1883.
Inolvidable María: —¡Oh qué penosa vida es la del matrimonio! ¡Bien haya la que no piensa encadenarse con tan pesada carga! Todo camina bien por una senda cubierta de flores, desconociendo los afanes, mientras no hay familia; pero al venir ésta todo cambia.
Hay quien diga que el matrimonio sin familia es caminar por un desierto, y en mi concepto no hay tal; verdad que á los hijos se quieren con toda el alma y no hay palabras capaces para expresar el cariño que siente por ellos; pero es tan penoso y se sufre tanto para su crianza que no se puede ya disfrutar de ninguna tranquilidad. ¡Adiós paseos y distracciones! ya se acabaron aquellos días de contento, ¿qué digo? si ni aun siquiera se puede dormir á gusto.
Figúrate qué noches pasaré con mi niñito tan necio, verdad que yo no lo veo entre la noche, la nodriza es quién tiene este cuidado; pero su llanto me quita el sueño, y más que todo la pena que siento al verlo enfermo; quisiera con el alma darle la salud, y me concreto á buenos deseos porque no me es posible conseguir lo que anhelo.
El médico no se separa de su lado, propinándole los medicamentos que juzga á propósito, y sólo se consigue que se restablezca algunos días, para estar en peor estado después. ¡Pobrecito! está tan endeble que abrigo muy pocas esperanzas de que se salve; su papá está muy pesaroso y no perdona medio ni sacrificio por conseguir su salud; le procura distracciones y le ha cambiado de nodriza y parece que es en vano, porque no quiere ni aun tomar el alimento; en fin ha sido un puro penar y Dios sabe cuando terminará esto.
Compadéceme, querida amiga, y hasta otra vez.
—ENRIQUETA.
SEXTA CARTA DE ELENA
Corpus Christi, Noviembre de 1883.
Querida mía: —La tarjeta que te adjunto es la del bautizo de mi niña, por ella sabrás el día y fecha en que vió la luz primera así como su nombre de pila: conserva este recuerdo de mi querida Elisa, que para mi es de imperecedera memoria.
El día que mis labios dieron el primer beso de madre ¡qué impresión tan grata sintió mi corazón! ¡qué inefable dicha, y qué de sentimientos encontrados experimenta mi alma al acercarme á mi hijo é imprimir en su frente el ósculo de amor! Una lágrima y un suspiro se escaparon de mi pecho; lágrima de regocijo, porque no hay dicha comparable como ver entre sus brazos al precioso ser á quien se ha dado la vida; y un suspiro porque en mi cariño de madre pensé en el porvenir y consideré cual sería su destino.
Ahora comprendo más difícil mi situación. ¡Qué responsiva para una madre! y qué ¡tacto y que finura para su educación se necesitan! ¿Podré cumplir con la misión que me he impuesto? No lo se, confío en los buenos autores que nos enseñan á desempeñar estas tareas: en las mujeres modelos que me servirán de guia y en los consejos de mi sabia mentora, que jamás me faltan. También á tí recurro, querida amiga, dime, indícame algo, en lo que has leido para la educación de la familia.
Veo que es más fácil decir que hacer, pero el tiempo dirá cómo he cumplido con mis deberes de madre, y pondré todo lo que esté de mi parte, todo el esmero posible por lograr una niña de buen corazón y finos sentimientos. Y ¿cómo nó si en ella va mi interés? Se trata del porvenir del ser que más quiero en la vida, y nada serán los sacrificios que me imponga por él.
Adiós por hoy, amiga querida; acuerdate siempre de
—ELENA.
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
¡Adios!
Monterrey, Junio 3 de 1888
Josefina Campos
—¿Conque te vas? le dije conmovida,
Temblando de emoción.
—Es fuerza, me dijo, que me aleje
De la esperanza en pos.
¿Qué quieres? ¡ay! me arrancan de tu lado…
Mas no temas que voy
Buscando el porvenir en que soñamos
Ser felices los dos.
—Te arrancarán, le dije, de mi lado
De mi alma, no, ¡jamás!
Vé, pués, bien mio, que le corazón presiente
La dicha alcanzarás;
Y mientras tanto el porvenir sea tuyo
¿Mi amor lo olvidarás?
—Mientras palpite de emoción henchido
Mi ardiente corazón
Tú reinarás en él pura y radiante
Y contigo mi amor.
Y en medio de la noche silenciosa
Pensaba en este adiós,
Y del fondo del alma dolorida
Un suspiro brotó………
Acaso que el destino, presentía,
Se opusiera terrible entre los dos.
Tomo I Monterrey
Junio 15 de 1888. Número 16.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
La mujer
Trabajos propios de su sexo
Ercilia García
Con el título de los “Parásitos y la mujer,” insertamos no ha mucho en La Violeta, tomándolo de un periódico de México, un artículo, relativo a los trabajos propios para la mujer, y hoy vamos á ocuparnos de ese asunto, aunque someramente, con la creencia de que algún día, no muy lejano quizá, veamos en el terreno de la práctica lo que hoy sólo existe en teoría.
No puede negarse que la mujer avanza, aunque paulatinamente, pero con decisión y denuedo, á la cima de su perfeccionamiento; las vías del progreso y de la civilización ya se han abierto para ella; y si es verdad que aun tiene que luchar y que vencer un cúmulo de obstáculos para ver realizadas sus justas aspiraciones, también lo es que, á fuerza de constancia y alentada por las ideas del siglo, logrará al fin lo que ambiciona, esto es asegurar su hoy incierto porvenir.
Nosotras no queremos que se nos tache de utopistas, porque no vamos á sostener la completa emancipación de la mujer, aunque con el tiempo este sea el resultado que se obtenga, pero, si al presente no es posible que la mujer dependa de sí misma, queremos que, cuando ménos, no se le usurpe por el hombre el puesto que sólo á ella corresponde, que no se le prive de buscar desahogadamente su subsistencia, en todos aquellos trabajos que están al alcance de sus fuerzas.
Ideas retrógradas y antisociales son las que abrigan todavía algunos, que pretenden que viva siempre la mujer en la ociosidad ó en la inercia, sin proporcionarse más trabajo, hablando de la mujer desheredada, que el de la aguja, la plancha ó la cocina; en tan reducida esfera está sujeta, á mil y mil privaciones, que la hacen anhelar, con justicia, el modo de ensanchar su esfera de acción en los campos del trabajo.
Ocupaciones hay, que la mujer puede desempeñar fácilmente, y con el salario que obtenga, muchas lágrimas se ahorrarían, arrancadas por la desesperante y descarnada miseria ó por la crueldad de los hombres.
Entre las desheredadas de la fortuna, hay mujeres cuyo talento las coloca en el grado de poder desempeña, si se quiere con más acierto que el hombre, algunos trabajos que por su facilidad, son propios de aquéllas. En un establecimiento mercantil. de géneros, una mujer puede desempeñar á maravilla el empleo de dependiente, y hasta sería de positiva conveniencia para el patrón, pues ella con la suspicacia propia de su sexo sabría dar lucidez al establecimiento, y con su trato fino y amable por naturaleza, atraer á las personas que desearan comprar algún artículo; las familias, sin escrúpulo de ninguna especie, llegarían gustosas á los comercios servidos por señoras.
También hay mujeres instruidas en la contabilidad, que podrían muy bien llevar los libros de cargo y data y demás que sean necesarios en las casas de comercio ó en cualquiera otra oficina.
La telegrafía es otra de las ocupaciones adecuadas á la mujer; así como la tipografía y otros varios, que en la actualidad desempeñan brazos musculares, que son necesarios en otros quehaceres varoniles, propios de su sexo y fuerza.
En los Estados Unidos y otras naciones europeas, la mujer tiene despejados los campos de trabajo, ya mecánica, ya científicamente ó de cualquiera otro modo, pero no se le deja morir de hambre si se le precipita á los abismos insondables del vicio ó del crimen.
¡Ojalá! que en nuestra patria, desechando esas rancias preocupaciones que le cierran las puertas del trabajo á la mujer, se siga aquel ejemplo y se la coloque en el puesto que le corresponde entre los pueblos cultos y civilizados.

