Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Sueltos
NUESTRO PERIODICO
Causas agenas de nuestra voluntad, entre otras una molesta aunque no grave enfermedad que sobrevino á nuestra directora, no nos permitieron dar el periódico del día 15 de Abril.
Suplicamos á nuestros bondadosos suscritores se sirvan perdonar esa falta involuntaria, que procuraremos no se repita.
POESIAS.
Como una débil muestra de gratitud por parte de nuestra directora, insertamos en este número las bellas poesías que dos reputados vates se sirvan dedicarle.
Reciban, pues, en nombre de nuestra directora la más profuuda expresión de gratitud por la honra que le dispensan.
“EL ESCOLAR MÉDICO.”
Tal es el nombre de un periódico científico que desde el primero de Abril último fundaron en esta ciudad los aprovechados alumnos de la Escuela de Medicina, y en el cual colaboran los más afamados médicos del Estado.
Encarecer la importancia y utilidad de esta publicación nos parece por demás, puesto que por sí sola se recomienda, y está llamada á ocu un lugar distinguido en la prensa nacional para honra de Nuevo-Leon.
Al corresponder á sn saludo, le deseamos nua vida matusalémica y el éxito más brillante en sus tareas científicas.
¿EN QUE CONSISTE?
La mayor parte de los periódicos que nos honran con el cambio, se quejan de no recibir el nuestro, sin embargo de remitirlo con religiosa exactitud. ¿En que consiste? Nosotras tenemos la seguridad de que el mal no está en la oficina de aquí, sino las del tránsito; por lo que, muy atentamente, nos dirigimos al Sr. Administrador General de Correos en México, suplicándole se digne indagar el origen de ese abuso y poner el correctivo necesario.
Entretanto, rogamos á nuestros colegas que nos piden numeros atrasados, se sirvan dispensarnos si no se los remitimos todos, por que á la fecha, la mayor parte se han agotado por completo; sin embargo procuraremos obsequiar sus deseos mandándoles los ejemplares de LA VIOLETA que podamos reunir.
TALLER DE OJALATERIA.
El de la propiedad de los Hnos. Tamez, cuyo aviso publicamos en la cubierta de este periódico se ha trasladado á la esquina Sud-Oeste que forman las calles de Zaragoza y del Comercio.
Apropósito; personas que han visitado este taller nos informan que es el más bien montado que existe en esta capital, y los trabajos que en este ramos ofrecen desempeñar sus propietarios son perfectomente acabados, por lo que nos permitmos recomendarlo á nuestros numerosos abonados tanto de esta ciudad como de fuera.
Véase el aviso.
ALOCUCION.
Hoy publicamos la que pronunció en Linares la Srita. Antonia Ilizaliturry, inteligente directora de la escuela “La Perseverancia,” de aquella ciudad, en el acto de la distribución de premios á los alumnos de su Instituto; no haciendo lo mismo con las otras piezas que se nos remitieron por falta de espacio.
Si nos es posible las publicaremos próximamente.
NUESTRO ADMININISTRADOR.
Habiendo tenido que ausentarse temporalmente de esta ciudad el Sr. Rodolfo L. Conde, que figuraba como administrador de este periódico, queda en su lugar el Sr. Bonifacio Calvillo, con quien se entenderán en lo de adelante nuestros agentes y suscritores foraneos y demás personas que tengan asuntos concernientes á la publicación,
Véanse las condiciones.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Opinión de la prensa
(Continúa)
A “LA VIOLETA.”
Tan luego como sentamos plaza en las honrosas filas del periodismo, procuramos remitir “El Progresista” á todas las publicaciones congéneres de que hemos tenido noticia; y nos es muy grato manifestar que la mayor parte de aquellas publicaciones se han dignado establecer con nosotros el cambio de costumbre, sin fijarse en lo humilde y reducido de nuestro periódico. Entre aquellas que nos han visitado contamos “La Violeta,” que se publica en Monterrey, y es redactado por un simpático grupo de instruidas Sras. y Sritas., que comprendiendo en toda su magnitud la necesidad imperiosa de la educación de la muger, necesidad que ―pésele al mundo― no está satisfecha ni concebida quizá; esas inteligentes Sras. y Sritas., repetimos, venciendo la timidez propia de su sexo, se han lanzado intrépidas al estadío de la prensa, con ese amor digno de su delicada misión, para iniciar un estudio, para promover una reforma, que será en el porvenir querida como una justa esperanza y adorada como una santa religión.
Y tal iniciatiiva en ellas, es por cierto la satisfacción de una nueva necesidad, porque el hombre, engolfado en asuntos que llama de alta trascendencia, parece haber olvidado casi por completo á la preciosa mitad de su sér, la que debiera ser su inseparable compañera; ó tal vez en su censurable indolencia, no ha podido comprender que el adelanto de la sociedad y el engrandecimiento de la patria, dependen en gran parte de la cultura de la familia, de la educación de la mnger.
Al escribir este pequeño artículo, que sincera y respetuosamente dedicamos á “La Violeta,” prescindimos de esas gratas impresiones de momento, de esas dulces emociones en que sólo toma parte el sentimiento que arrebata y confunde, ó la imaginación que fascina y seduce, pero en las cuales ningún participio toma la recta razón que juzga y analiza; y si hoy nos vemos en el caso de usar la paleta de la fantasía, y de pulsar aunque torpemente las susceptibles fibras del sentimentalismo, no ha sido, ni será nunca, con agravio de la sana razón, sino para aplaudir en esta vez, la muy razonable y grandiosa idea que impulzara al bello sexo á esgrimir su hábil y encantadora pluma en la arena periodística.
Hace tiempo que abrigamos la convicción sobre lo muy importante que es la educación del sexo bello, y llevados por la fuerza de esta convicción, hemos dejado correr alguna vez nuestra débil pluma en las columnas de nuestro pequeño periódico; pero, lo confesamos francamente, la amena lectura de “La Violeta” nos ha sugerido la idea de escribir estas líneas, que con gusto damos á la prensa, para nuestra satisfacción, y como un justo tributo de admiración que rendimos á las dignas y estudiosas redactoras y colaboradoras de tan simpático como útil periódico.
En nuestros días vemos con placer que la novela, ―el libro más popular en la actualidad― va tomando una nueva y bienhechora faz, porque sus autores, abandonando la senda extraviada del crímen que disfrazaban, ó la de las pasiones innobles á que cantaban, se han ido consagrando al triunfo de la virtud y la moralidad, obsequiando ambién la verdad histórica ó científica como lo vemos realizado en Pérez Escrich, Verne y Flamarión.
Sólo faltaba que el periodismo, esa poderosa palanca del pensamiento, coadyuvara también á la obra de regeneración que necesita el hogar, empezando, como es debido, por la educación de la muger. En ese sentido, el periódico á que aludimos han venido á llenar un vacío que se hacía sentir desde tiempo inmemorial.
Sigan, pues, las fundadoras de “La Violeta” la gloriesa senda que se han trazado, y redoblen cada día sus esfuerzos en favor de su sexo, para satisfacción propia y noble orgullo de Nuevo León.―(El Progresista. Lampazos.)
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Srita. Ercilia Garcia (en su álbum)
(Saltillo)
Jose T. Viesca
Aunque no he visto tus lindos ojos,
Tus labios rojos,
Tu nacara, pálida tez,
Entre las notas de tus cantares,
Como su aroma los azahares,
Derramas niña tu candidez.
Como el incienso que al cielo sube;
Como la nube
Que por el éther vaga gentil,
Quiero que lleven la cantilena
Que ya en mi pobre cítara suena
Las auras ledas de tu pensil.
Tú que eres pura como las flores,
Que no has sentido crudos dolores
Despedazándote el corazón;
Pulsa tu lira de cuerdas de oro
Que son tus cantos rico tesoro
De inspiración.
Yo vengo en alas del tibio ambiente;
Yo me deslizo como la ingente,
Como la fúlgida hebra de luz,
Que penetrando por los cristales,
De oscura noche, con sus cendales
Rompe el capuz
En cada verso va desprendida
Parte de mi alma, de mi alma herida
Por la mundana fatalidad.
Si quieres algo de mis pesares
Guarda los pobres tristes cantares
De mi amistad.
Permite, Ercilia, que tu álbum abra;
Y aunque profane con mi palabra
Que de elocuencia falta nació,
Sus blancas hojas, nido de ideas,
Siempre que en ellas mis versos leas
Ahí estoy yo.
Canta, si sientes férvido anhelo
Por elevarte con raudo vuelo
Buscando espacio como el condor;
Pero no quieras en tu camino
Flores bermosas, que es tu destino
Llanto y dolor.
El genio triunfa; pero padcee;
La luz que brilla también perece…..
Sobre la tumba llora el sáuz!
Para el poeta de dulces cantos.
El mundo tiene mil desencantos;
Del infortunio la eterna cruz.
No pienses niñas!… Quien piensa, llora…
La mente tiene luces de autora
Que en pensamientos vierte al papel;
Pero el que duda, pierde la calma;
Y el pensamiento vierte en su alma
Su amarga hiel.
Quisiera darte con mis canciones
Las ilusiones
Que en el sepulcro de mi alma están….
En estas hojas dejar quisiera,
Como en los muros la enrredadera
Flores que suave perfume dán.
Pero se han ido las flores mías;
Mis alegrías
Ha disipado la advercidad!
No puedo darte más que congojas:
Por eso quiero que en estas hojas
Guardes las frases de mi amistad.
Tu que comprendes lo que ha sufrido
Pájaro amante que deja el nido,
Atomo errante que busca el sol;
Cuando mis versos en tu álbum leas,
Guárdalos, niña, si mis ideas
Llegan á tu alma como arrebol.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Amistad
A la Srita. Ercilia García.
San Antonio Texas.
D. R. Rico
Suena tu lira, y en su voz sentida,
Tierno se escucha suspirar doliente,
Como la nota que al azar perdida
Vaga en las ondas del callado ambiente.
Hay en tu voz de idealidad sublime
No se que acento misterioso y triste.
Que hablando al alma, de su mal redime
Al que en el mundo el sufrimiento asiste.
Cuando el hombre transido de amargura
Blasfema de su Dios y ríe del mundo,
Esa tu voz de celestial ternura
Trae á su alma bienestar fecundo.
Pero lloras también, oh! siempre el llanto
Brotará hasta en el cáliz de las flores!…
¿También el implacable desencanto
Ha dejado en tu alma los dolores¿…..
El bosque entoca su salmodia triste,
Las aves cantan á la par que lloran,
Tu tierna lira de crespón se viste
Y sus cuerdas gemidos atesora…..
Y tú lloras también… esta es la herencia
De la raza proscrita en este mundo!
Nacer para lloaar es la sentencia,
Vegetar en un páramo infecundo……
Pero en medio de tanto desconsuelo
Hay una voz que los dolores calma,
La voz de la amistas, hija del cielo,
Sentimiento purísimo del alma.
Amistad es confianza, y es ternura,
Es la flor entre las zarsas de la vida,
Es aroma en un cáliz de amargura,
Es cadencia en el llanto confundida……
Las auras cuando besan á las flores,
Las brisas cuando gimen rumorosas,
Las aves cuando cantan sus amores,
Las ninfas jugueteando bulliciosas;
Todo se ama y se aduna, porque el llanto
Encuentra en la amistad tierno consuelo,
Y con la voz de su cariño santo
Se olvidan las tristezas de este suelo.
Tu tierno corazon herido llora
Como en suelo extrangero ave perdida
Por que tu alma, poetisa, soñadora,
Sufre con las tristezas de la vida.
Yo te admiro y adoro tus cantares,
Y canto cuando cantas tus amores,
Suspiro si suspiras tus pesares
Y lloro cuando lloras tus dolores.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
La amigas
(Continua.)
María Garza González
Cuarta carta de Enriqueta.
Linares, Junio de 83.
Mi tierna compañera:
¡Cuánto placer esperimento cada vez que leo tus cartas! En alas de mi fantasía vuelo á esa mi querida Monterey, y veo con los ojos del alma aquellos parajes que me son tan queridos; con tus descripciones asisto á las fiestas, paseos y tertulias que pasan, y que me haces favor de reseñarme con notable oportunidad y acierto.-
Cuando más melancólica estoy, por los recuerdos de otra época más feliz que pasó para ya jamás volver, vienen tus eficaces pormenores á ser un bálsamo á mi alma contristada: son noticias que estoy ávid de obtener.
No dejes de continuar de la misma manera, mitigando mis cuitas con tus vivificantes palabras; háblame siempre así, yo te agradezco en lo más íntimo de mi alma que me tengas al tanto de las novedades que haya en la metrópoli fronteriza, y me hagas una detenida explicación de las modas que estén en uso.
Ahora no he salido á ninguna parte, pero es casi probable que en estos meses del verano los pase en una de las haciendas por aqui se siente con exceso el calor; mi enfermedades se han hauyentado un poco, aunque no del todo; pero ya casi ni las siento, porque son tan buenas las familias de esta población, que me procuran distracción y no me dejan sola un momento, para que deseche mi melancolía; yo por mi parte procuro complacerlas, tanto por la bondad que me manifiestas, como por la tranquilidad de mi esposo, quien no perdona medio por mi salud y contento.
Próximamente tendremos un magnífico sarao entre lo más selecto de la sociedad, donde pienso estrenarme un traje, y como deseo que se me arregle a mi gusto, te suplico me suscribas á La Moda Elegante, y encargues al Sr. Arteche, me haga favor de remitir con puntualidad los figurines ultimamente recibidos; de esta manera no temeré presentarme en reunión alguna, porque mis vestidos corresponderán con la categoría y época en que se usan.
Es muy ridículo presentarse una con un vestido que ya haya pasado de moda, y como yo siempre he ido con ella no puedo prescindir de esa costumbre.
Hasta otra vista. Tu amiga que te estima como siempre.
―Enriqueta.
CUARTA CARTA DE ELENA.
Corpus Christe, Julio de 83.
Mi querida Maria:
Grata es la noticia que tengo que comunicarte, porque no hay mayor placer que el ver el fruto de su trabajo, como en nosotros pasa, cual es el de no ser inquilina en la casa que habito, es de mi propiedad; hemos logrado con el asiduo trabajo hacernos de una regular finca de madera, porque no se consiguen de otras aquí, pero en buenas condiciones, y con facilidad de ensancharla para establecer un comercio si se le concede á mi esposo jirar por su propia cuenta.
Verdad es que él no cuenta con más patrimonio que su trabajo, pero disfruta de un regular sueldo y con actividad y constancia creo que muy en breve nos concederá el cielo mejorar de situación: además, desde que vivo á su lado ha cambiado su método de vida; por que solo y sin las exijencias de una familia se cuidaba poco de economizar; sus gastos eran muy crecidos, y hasta algo pródigo era con los amigos; en conpañia de éstos disipaba el sueldo que recibiera, sin reunir ní lo más minimo, pues bastaba apenas para sus gastos de soltero, los que no dejaban de ser gravosos con respecto á las asistencias que son escasas y se pagan á veces con exeso; pero ahora que trabaja con ahinco y ahorra en mi compañía, ha visto lo que se consigue con una vida arreglada.
No creas por esto que somos esclavos de una mal entendida codiciada de acumular riquezas privándonos de lo necesario para vivir, muy lejos estamos de pretender esto, por el contrario, buscamos comodidades y distracciones á la vida; asistimos á los teatros cuando hay alguna representación; á las reuniones y festines de las personas que nos hacen el favor de honrarnos con su amistad, y correspondemos como exije la buena urbanidad, sin traspasar los limites de lo posible.
Estas reuniones me son de interés, porque ejercito y mejor comprendo el ingles, pues casi no sehabla el castellano aunque lo comprenden, pero de preferencia se habla el idioma nacional; lo mismo que no olvido por completo el piano: me veo comprometida á cada momento á tocar; aquí les agrada mucho la música mexicana, por lo que ocupo mis ratos de osio en estudiar nuevas piezas.
Entre mis amigas cuento con la familia mexicana del General X. de la cual te hablaré en mi próxima.=Tu amiga.
―Elena.
(Continuara.)
Tomo I Monterrey
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Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
Contraste
(Monterey, 1888.)
Ercilia García
Hay música en la fuente rumorosa
Y estrépito en el mar que ronco suena,
Hay amor en la virgen azucena
Y espinas hay en la inocente rosa.
Hay perlas en el alba explendorosa,
Hay en la tumba lágrimas de pena,
Hay una vida de ilusiones llena
Al lado de una cruz y de una losa.
Dora el sol la mañana sin enojos,
Y del ocaso en la desierta calma
Sombras habrán de ser rayados rojos;
Así de nuestro amor bajo la palma,
Hay luces en la tarde de tus ojos……….
¡Y sombras en la noche de mi alma!
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
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Dedicado a las familias.
Tormentas
(Monterey, 1888.)
Josefina Campos
I
El cielo antes hermoso, se vestía
De oscuras nubes, tétricas y espesas
Y llegan la noche magestuosa, umbría
Y estalla la tormenta
II
Por fin brotó la luz; el cielo ornaba
De purísimo azul su luz inmensa,
La aurora sonreía, todo callaba……..
Y cesó la tormenta.
I
El cielo de mi amor antes hermoso
Vestíase también de nubes negras
Mi corazón latía presuroro……..
Y estalló mi tormenta.
II
Por fin todo calmó; también lucía
El cielo de mi amor, cortinas bellas;
Me diste una mirada, vida mia…….
Y cesó mi tormenta.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
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Discurso
(Linares)
Antonia Ilizaliturri Ardines
―
ALOCUCION pronunciada en la distribución de premios en el Instituto particular de instrucción primaria de Niñas “La Perseverancia,” por su Directora Antonia Ilizaliturri Ardines.
SEÑORES:
Concluido el año de trabajos escolares, y visto el resultado de mis esfuerzos, cumple á mi deber como Directora de este Plantel, hacer pública manifestación en este acto solemne, de mi profundo reconocimiento á los señores padres de familia, cuyas tiernas hijas confiaron á mi cuidado y dirección, no obstante mi edad, inesperiencia y falta de aptitud; á las personas que tan bondadosamente se prestaron á servir de sinodales en los exámenes; al Señor Betancourt que, en unión de sus apreciables discípulos, amenizó el acto con los dulces acordes de la orquesta que con tanto acierto dirige, y á las Señoritas Refugio Berlanga y Elena Ardines que dieron brillo á este acto solemne. A vosotras, mis queridas discípulas, tiernas compañeras de mis trabajos y testigos de mis afanes, apenas os podré decir una palabra; porque cuando el alma palpita de emoción, como la mía en estos instantes, enmudecen los labios y no hay lenguaje capaz de interpretar el sentimiento.
Con felicidad habéis llegado al término del primer año escolar. En vuestras frentes ostentáis el lauro que habéis sabido conquistar con la constancia y asiduidad en el estudio: él será la mejor credencial que llevar podéis á vuestros queridos padres, para que vean que habéis sabido corresponder á sus sacrificios por vuestro bien.
Hoy mismo, antes tal vez de cruzar el dintel de vuestros hogares, recibiréis con lágrimas de contento el cariñoso de éllos, que es el mayor y mejor lauro que recibirse puede en la tierra. Mas esto que no os vaya á envanecer; la vanidad es tan sólo hija de corazones pequeños: estáis aprendiendo á ser grandes, y así debéis ser desde vuestra infancia; porque la mujer es la encargada de formar el corazón de la humanidad, como ha dicho un célebre escritor, y quien tal misión tiene que desempeñar sobre la tierra, no debe nunca dejarse arrastrar por pasión alguna. Esos premios qne habéis recibido, que sean estímulo, el aliciente que os sostenga en vuestras tareas, que os den mayores bríos, á fin de continuar en el próximo año escolar, para el cual os aguardo con los brazos abiertos, esperando no me dejaréis defraudada en mis esperanzas.―Dije.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
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Dedicado a las familias.
Cineraria
Ercilia García
―
Ya en prensa nuestro número anterior llegó á nosotros la triste nueva del fallecimiento en Villa García de la preciosa niña Marianita Garza Fernandez, hija del Sr. Lic. Genaro Garza Garcia.
Ni la ausencia que disminuye los más grandes afectos, ni la convicción íntima en que vivimos de que hemos nacido para morir, ni la realidad incontrastable de que la llegada de la mujer al límite de la tumba en esa edad temprana en que el huracán de las pasiones no ha soplado por la región del corazón, es una ofrenda digna que la naturaleza hace al Dios de las bondades, han bastado para que nuestro ánimo se muestre indiferente á la tristura que le inspiran los dulcísimos recuerdos a la amistad.
Bajo el peso abrumador del infortunado suceso que tanto habrá hecho sufrir al aflijido padre de la difunta niña, asistimos con nuestros sentimientos al seno de la familia y la acompañamos eu su dolor, derramando nuestras lágrimas sentidas sobre la tumba recién abierta de la encantadora Marianita.
Dios, celoso de ver en el prosoico mundo un ángel de peregrina hermosura, quizo llevarlo á su célicamansión donde se encuentra ya formando coro entre el ejército alado de su divina corte.
Que la nueva hija de Sión goce en la gloria para resignación y consuelo de sus aflijidos deudos.
Tomo I Monterrey
Mayo 1 de 1888. Número 14.
Quincenal de literatura, social moral y de variedades
Dedicado a las familias.
El Sr. Doctor José Eleuterio González
La Redacción
―
El morir es natural. La muerte es la pena de la desobediencia original. Dios crió al ser humano para la inmortalidad; mas éste abusando de esa prerrogativa con que le dotó el Supremo Hacedor, de la libertad, trastornó el plan divino, y en consecuencia se hizo digno de castigo. He aquí la razón de la muerte natural.
Pero el sentimiento primitivo de la inmortalidad quedó en el fondo del ser humano: todos la deseamos por innata propensión, y ya que el morir es forzoso, ansiamos vivir siquiera en la memoria de nuestros amigos y relacionados. ¡Terrible contraste! ¡Deseo íntimo, profundo, de ser imortal: necesidad inexorable de morir! ¡Arcanos de la creación….! Por esto nos causa siempre sorpresa la muerte de un ser estimado.
……………………………………………………
Motivo de justísimo dolor es para la sociedad regiomontana el fallecimiento del Benemérito Dr. Jose Eleuterio Gonzalez, acaecido el día 4 del pasado Abril; ¿y cómo no ser así cuando eran conocidas sus virtudes y prendas morales que le adornaban? ¿Cómo no llorar al que fuera el benefactor de la humanidad, el sabio maestro, el filántropo el caritativo, el ciudadano modelo? !Ah¡ las lágrimas no son bastantes á manifestar el sentimiento que ha causado tan irreparable pérdida, porque el ilustre Gonzalitos, como por cariño se le decía, quemó su mejor incienso en aras de la abnegada filantrópica; sin embargo ellas irán siempre á humedecer su tumba y aliviarán un tanto la pena de que se halla poseída la sociedad entera.
¡Inexcrutables designios del Altísimo! Ayer el venerable Doctor estrechaba aún las manos de sus amigos, y alegre y familiar departía con ellos; ayer instruía á esa pléyade de jóvenes que iban solícitos no sólo á recibir el sabrosísimo pan de la instrucción, sí que también sanos y edificantes consejos que les daba cual tierno y afectoso padre; y hoy, ya no existe, su cuerpo yace bajo la losa fría de la tumba; pero no….. hemos dicho mal, existe aún, por que los buenos nunca mueren, existe, sí, en el corazón de todos, y especialmente en el de aquellos que recibieron sus lecciones y sintieron la acción de sus grandes beneficios: aquellos que con sanos ejemplos guiara con paternal, cuidado por la senda de la virtud, y que agradecidos tejerán guirnaldas inmarcesibles con las flores del cariño, que irán á depositar sobre su sepulcro, junto con las lágrimas de gratitud que derraman sus sensibles corazones.
Sí, el bienhechor de los pobres, el inolvidable Gonzalitos, se ha ausentado para siempre de entre nosotros; pero nos queda el recuerdo de sus virtudes, de sus magnánimos hechos…….
Tres deidades vestidas de luto lloran sobre su tumba: la Ciencia, la Caridad y la Virtud, porque á ellas rindió siempre fervoroso culto el venerable anciano; por eso, y como premio á su conducta intachable, á sus bondadosas obras, murió rodeado de multitud de amigos y numerosos discípulos, y es llorado por todo el pueblo que supo apreciar sus beneficios.
Por sus obras, sus virtudes cívicas y su raro talento, fué elevado más de una vez á la primera Magistratura del Estado y al desempeño dé los más prominentes puestos públicos; el Congreso, como una débil recompensa á sus muchos é importantes servicios, le declaró Benemérito y mandó esculpir su nombre, en letras de ero, en el Salón de la H. Legislatura del Estado.
Los funerales que se le hicieron estuvieron suntuosísimos, casi regios. Embalsamado el cadáver fué trasladado al Palacio de Gobierno, y colocado en un magnífico catafalco, levantado en el lujoso salón de recibo, donde estuvo puesto á la expectación pública por espacio de veinticuatro horas. El catafalco donde yacía el cuerpo inanimado de Gonzalitos, estaba cubierto de coronas fúnebres de finísimo crespón negro, en cuyo centro se le´´ian en letras doradas algunos pensamientos notables, dedicados á la memoria del inolvidable anciano.
Allí fué visitado por una multitud incontoble de personas, pertenecientes á todas las clases sociales. El Gobierno, de acuerdo con las demás Corporaciones existentes en esta Capital y varios particulares y profesionistas notables, nombró todas las comisiones encargadas de hacer los honores póstumos y organizar los funerales, como era digno del Benemérito Doctor.
Como á las cinco de la tarde del día 8, el cortejo partió de Palacio para el Hospital Civil, donde debían ser inhumados los restos del ilustre finado.
Indescriptible era el espectáculo que presentaba la fúnebre procesión; ésta la formaban todos los funcionarios del Estado y municipales, el “Círculo de Obreros,” las Asociasiones políticas, las Escuelas de Medicina y Juaisprudencia, los alumnos del Colegio Civil, los miembros del Colegio de Abogados, multitud de particulares, numeroso pueblo y, por último, la guarnición de la plaza. Las calles estaban enlutadas é invadidas por una muchedumbre de gente verdaderamente inmensa. En la plazuela del Hospital, preparada exprofeso convenientemente para la última ceremonia, se leyeron sentidos y notables discursos y oraciones por los Sres. Licenciados Francisco Valdés Gómez, Ramón Treviño y H. Dávila, Dr. José María Lozano y el Sr. Ricardo M. Cellard, que leyó una alocución por el Lic. Enrique Gorostieta.
Por doquiero un doloroso suspiro, el pesar pintado en todos los semblantes; no hubo persona allí cuyo rostro no fuese surcado por las lágrimas, y hasta en los más apartados recintos de la ciudad oíase el sollozo con que daban el postrer adiós al que, con benéficas obras, había sembrado de afectos el camino por donde debía dirijirse á su inmortalidad. Sí, él con esas obras benéficas, se había conquistado el aprecio de cuantos le trataron, y por eso todos los círculos sociales se unieron para depositar sobre su sarcófago guirnaldas de frescas siemprevivas.
La muerte de Gonzalitos será eternamente llorada, porque hombres como él, de cualidades poco comunes, no se reponen fácilmente; su memoria nos acompañará siempre, y Dios le habrá destinado entre las almas nobles un puesto preferente en su Soberano Alcázar.

